Tengo 42 años.
Hasta el 15M había perdido la esperanza. Me enfadaba con el mundo entero viendo las injusticias diarias y las personas impasibles. Todos nos quejamos pero no hacemos nada!
Hablas con amigos y conocidos, les comentas tus inquietudes y, entre el que no cree en el cambio climático; el que comenta: "... a saber lo que habrá hecho..." cuando se anuncia otro caso de violencia de género; los que se mofan cuando hablan de homosexuales o los que pasan de la política porque no creen que se pueda hacer nada al respecto salvo morirnos "tragando"... en fin, que resulta bastante desalentador cuando ves que la gente sólo se menea para celebrar la final del mundial.
Conozco Democracia Real Ya y su Toma la Calle desde que empezaron su andadura por la red. Dada mi profesión, paso mucho tiempo en internet y me considero ciber-activista convencida. No es que vaya a cambiar el mundo pasando mensajes a mi agenda, pero al menos, lo intento. Si sólo un amig@ se moviliza por mi petición, ya me habré sentido satisfecha. Y sí, me he hartado de poner enlaces, enviar mensajes y pasar invitaciones a la manifestación del 15 de Mayo en Madrid.
Me sorprendió la afluencia de personas ese día, sinceramente, no pensé que se movilizara tanta gente puesto que sólo se había anunciado por la red. Al ver en el telediario las detenciones de ese día pensé que eran lo típico, lo que suele ocurrir en estos casos... Pero la posterior decisión de unos pocos de no moverse de alli me llamó la atención.
Estupefacta me quedé cuando, ante el aviso de desalojo por la policía, en las tardes siguientes la Puerta del Sol se iba llenando poco a poco de gente desafiando la autoridad pacíficamente y conformando el mini-poblado que es a día de hoy.
Durante estos nueve días no he podido evitar emocionarme. Respeto, solidaridad, entendimiento, lucha, determinación, coherencia.... los jóvenes y no tan jóvenes reunidos en la @acampadasol están dando una lección al mundo entero. Están demostrando a todos que pacíficamente se puede luchar contra la injusticia y que hablando, de verdad se entiende la gente (algo que estamos hartos de escuchar pero que es bastante difícil encontrar).
Y allí, entre los plásticos que cobijan del sol y la lluvia, ha nacido un sentimiento tan fuerte, que está llegando a todos los rincones del planeta. La frustración que sentimos por la opresión del sistema materialista en que vivimos y la desidia de los políticos que nos gobiernan, nos han unido a todos (los que están en la plaza y los que siguen el día a día a través de las redes sociales) y nos ha puesto en marcha. ¡Que cada cual ayude como pueda pero que se una a la protesta!
Y, por primera vez en muchísimo tiempo, me he sentido orgullosa de ser española y del ejemplo que estamos dando al resto del mundo. Y es que este sentimiento arrastra a jóvenes y viejos, a padres e hijos, a hippies y a pijos, a TODOS!
¿Cómo resistirse si, por un momento, la utopía está al alcance de la mano?
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