Hola a todos los ciudadanos y ciudadanas libres,
Me presentaré como ciudadano anónimo porque soy Mosso d'Esquadra y la libertad de expresión interna del Cuerpo no me deja otro camino que este anonimato que detesto.
Os quería transmitir mi indignación por todo lo que hemos vivido en estos trece días, pero sobre todo por los hechos acontecidos ayer en el desalojo de Barcelona y de Lleida.
Hace muchos años que accedí al Cuerpo de Mossos y lo hice creyendo que en una democracia la policía es un servicio público vital para la convivencia.
Un servicio público que tiene que estar al lado de todos los ciudadanos y ciudadanas que creemos en la libertad ligada a la responsabilidad. Un servicio público que debe atender la prevención de los delitos y su persecución, entre otras cosas, y siempre, tal como nos enseñaron en la escuela de policía, con los principios de CONGRUENCIA, OPORTUNIDAD Y PROPORCIONALIDAD establecidos en la Constitución que nuestros padres y madres refrendaron.
Ayer lloré. Mucho. Primero de indignación y de rabia al ver cómo un grupo de ciudadanos y ciudadanas que se manifestaban de forma pacífica fueron brutalmente apaleados; después de vergüenza; porque, ¿qué les explicaré a mis hijos si me preguntan sobre las cargas policiales? ¿Y a mi vecino? ¿Y a mi amigo?
Soy un ciudadano más, soy un indignado más, creo en la libertad y en la no violencia, de hecho se me enseñó en la escuela de policía. Y yo le pregunto al conseller Puig: ¿y usted cree en eso? ¿Cómo pudo dar la orden que dio? ¿Así quiere garantizar el respeto que todos los mossos queremos de nuestros conciudadanos?
Ayer no nos ganamos ningún respeto. Lo siento, pero alguien tenía que decirlo. Ayer rompimos a palos lo que es una revuelta del pensamiento crítico y pacifista. Ayer el conseller consiguió indignarme a mí, a mi familia, a mis amigos y vecinos, a muchos otros compañeros del Cuerpo, que por miedo a las represalias internas no quieren pronunciarse.
Ayer los sindicatos de Mossos no emitieron sus comunicados con contundencia en contra de aquella operación macabra contra ciudadanos y ciudadanas, pero claro, por si no lo sabíais, en julio hay elecciones sindicales en el Cuerpo, y de la misma forma que en el mundo de la política, vale más un voto que una persona.
El respeto que pedimos, conseller, lo ganaremos con el trabajo diario, con la proximidad con la ciudadanía de la cual formamos parte, porque nuestros hijos también van a la escuela y comparten vivencias con otros niños y niñas, compramos en los mismos mercados y tiendas, nos sentimos estafados por la clase política, por las grandes corporaciones y bancos.
Es por todo eso por lo que no entiendo la operación policial efectuada ayer para desalojar ciudadanos y ciudadanas que de forma pacífica han estado moviendo la conciencia colectiva para pedir transparencia en las instituciones que emanan del pueblo. Para pedir una democracia participativa en todos aquellos factores que afectan en nuestras vidas, para pedir justicia, para pedir la persecución de todos aquellos políticos que haciendo uso de sus cargos han sido corruptos, que la jubilación de un político sea la de cualquier otro ciudadano, que no tengan duplicidad de cargos y sueldos. En definitiva, que el político sea un ciudadano más, que de forma libre y responsable quiere trabajar en el mundo de la política y para el pueblo.
Hoy continúo llorando cuando me vienen a la cabeza las terribles imágenes de ayer, y que usted, conseller, intentó justificar ante la prensa. Desde mi modesta opinión: no hay justificación posible en aquella intervención. Usted no está a la altura de representar el Cos de Mossos. Quiero una comandancia que haga de cirujano, que con cuidado y respeto expulse cualquier elemento que rompa la convivencia pacífica de la sociedad, no quiero un carnicero, no me gusta la sangre.
Yo soy un ciudadano, yo trabajo de Mosso d'Esquadra, yo quiero una policía al servicio del pueblo y no del político de turno. Yo he escogido estar al lado del pueblo, de mi vecino, de mi amigo, de mis conciudadanos, de luchar con ellos por la vía pacífica y sin violencia para conseguir un mundo más justo, un mundo donde todos tengan cabida, donde la participación no sea solo el hecho de arrojar una papeleta dentro de una urna, quiero pensar y quiero sentir, pero sobre todo, un futuro mejor para mis hijos. ¿O es que quizás, señor conseller, usted no quiere eso?
¡Atención! Consellers y políticos de distintos colores, la era de los gritos de los silencios se termina, ahora empieza el tiempo de las voces que se alzan sin violencia y que os reclaman: RESPONSABILIDAD Y HONESTIDAD.
La carta original en catalán aquí...
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